Los japoneses son un pueblo muy ceremonioso, de arraigadas costumbres y muy respetuosos con los demás. Valoran mucho los buenos modales de las personas con las que tratan, por lo que hay que tener muy en cuenta la preparación personal además de la profesional.


Para los japoneses el trabajo en equipo es fundamental. No se concibe un trabajo sin la colaboración de un equipo. Para ellos es más importante la pluralidad que la individualidad. Por eso es habitual que las decisiones sean tomadas por un grupo de personas. En la vida social ocurre de igual manera. Las decisiones deben ser tomadas en bien de la comunidad y no de la individualidad. Un individuo pertenece a un equipo, a una familia o a una comunidad, y debe pensar siempre en el bien del grupo.

Las presentaciones son muy importantes. Deben hacerse con sumo respeto y humildad. El saludo occidental, aunque admitido, puede relegarse a un segundo plano para optar por el saludo tradicional japonés. Una leve inclinación de cabeza, mayor cuanto más importante es la persona a la que saluda. Es una muestra de cortesía hacia ellos, asumir su saludo tradicional ya que los japoneses son poco dados al contacto físico.

La leve inclinación de la cabeza es una muestra de humildad y de respeto. Por importante que sea una persona la inclinación de la cabeza muestra honra y respeto por la otra persona.

El saludo japonés, con una leve inclinación de la cabeza se utiliza no solo para las presentaciones sino para otras muchas situaciones: saludar al llegar y despedirse al partir, para hacer una petición a una persona se inclina la cabeza como muestra de respeto, para demostrar gratitud o agradecimiento, para dar la bienvenida, para felicitar, para demostrar condolencias con los familiares de un fallecido, para realizar un ofrecimiento (un té, la comida, etc.), para demostrar acuerdo o conformidad, y, en general, en cualquier situación en la que nos encontramos con otra persona o realizamos alguna acción delante de otra persona.

Si optamos por utilizar el saludo tradicional occidental, el saludo deberá hacerse de forma moderada sin remarcar demasiado el apretón de manos. También debemos tener en cuenta que no es su costumbre por lo que puede que sea algo diferente al saludo al que estamos acostumbrados.

Los japoneses no son muy dados a decir “NO” ni a los enfrentamientos o discusiones airadas. Prefieren mantener una actitud educada, poco conflictiva y muy cordial; esto hace que en algunas ocasiones se les acuse de ser poco decididos o directos. Sus buenas intenciones y sus ganas de mantener un ambiente armonioso hacen que su actitud sea tachada de cierta frialdad y distanciamiento.

Si negociamos con el Estado o, con alguna entidad dependiente de éste, tenemos que tener en cuenta la gran jerarquización que tienen todos los componentes de las empresas estatales, y como no, del propio Gobierno. Es importante conocer la importancia de las personas con las que tratamos.

Debemos tener en cuenta la importancia que los japoneses dan a las personas, a sus modales y a su comportamiento; son tan importantes como llevar una buena propuesta de negocio. Hay que cuidar las formas, tanto en las reuniones de trabajo como en cualquier otro ámbito social: una comida, una fiesta, etc.