Vamos a empezar a r La ceremonia del té en Japón. Chanoyu. Ritual. Fases. Elementos. Desarrollo. Pero como es algo bastante largo lo vamos a separar en varias partes, comencemos….

Un poco de historia. Antecedentes.


Japón es un país de arraigadas costumbres tradicionales y muy ceremonioso para muchas de sus tradiciones. Entre ellas podemos encontrar la ceremonia del té, que en japonés recibe el nombre de “chanoyu”.

Aunque siempre que se habla del té, nos viene a la memoria el típico té inglés, y su famosa hora de las cinco de la tarde para tomarlo, en Japón la ceremonia del té es una costumbre social muy extendida. Esta ceremonia lleva una estética muy particular que la hace diferente de cualquier otra, e incluso en el propio Japón, dependiendo de la zona donde estemos, podemos encontrarnos con diferencias a la hora de participar en esta ceremonia.

Las variedades de té que se conocen son muchas, pero la más utilizada en el Japón es el té verde en polvo (conocido como “matcha”). Es un té de gran poder refrescante, que nos da una infusión de color jade, de sabor suave y con un cierto poder astringente.

Históricamente Japón introduce el té alrededor del Siglo VIII, procedente de China, donde era consumido allá por los años 25 a 220, principalmente, por la Dinastía China Han, que convirtió a China en un estado confuciano. Pero también prosperó y consiguió grandes logros intelectuales, artísticos y literarios; revivieron y florecieron muchas artes durante la dinastía Han, así como otras parcelas de la economía como la agricultura, el comercio, etc.

La forma de consumo de actual “matcha” (en polvo), no aparece en China hasta finales del Siglo XII, entonces gobernada por la Dinastía Sung, muy volcada con la promoción de todo tipo de manifestaciones artísticas. De hecho fundó una importante academia de pintura. Japón importa este tipo de té para utilizarlo como bebida en su ritual del té. También se le atribuyen al té ciertas propiedades medicinales y curativas.

Aunque en un principio el consumo de té estaba reducido a un grupo minoritario de consumidores, la costumbre de beber té rápidamente se extendió entre el resto de la población, principalmente entre los sacerdotes Zen y las clases más altas. Su consumo empezó a generalizarse llegando hasta nuestros días, donde el consumo de “matcha” está totalmente extendido por todo el territorio japonés.

Fue tal el auge que del té, que a raíz de eso nació un juego conocido con el nombre de “tocha”. El juego consistía en hacer una cata de distintas variedades de té, y los jugadores trataban de descubrir el tipo de té y su origen. Las variedades de té servidas solían proceder de diferentes regiones, para darle una mayor dificultad al juego. Si se acertaba, se solía dar algún tipo de premio para el ganador.

La difusión del consumo del té y el juego de la “tocha” contribuyeron a extender la popularidad del té, y empezó a crecer el número de plantaciones. Uno de los más famosos es el té del distrito de Uji, cerca de Kyoto, donde dicen que se producía ( y produce) el mejor té de Japón.

Del popular juego se pasó a un juego mucho más exclusivo practicado en reuniones sociales, donde se hacían catas de té en ambientes sofisticados mientras se charla de temas culturas, se visitan exposiciones o se lucen obras de arte en alguna galería o casa particular. Era popular celebrar un fiesta y jugar al “tocha” en los estudios (shoin) de afamados artistas de renombre. Este juego más sofisticado cambió los premios por el reconocimiento social de los ganadores, quienes eran vistos como expertos en la materia, con el consiguiente agrado para los admirados ganadores.

Continuaremos….